Hell Bell
Luego de que la cuarta
generación de Pokémon lo
decepcionara muchísimo, mi
hermano me regaló todas sus
cosas de Pokémon, molesto.
Recibí cientos de cartas para
añadir a mi colección, el
Blastoise de peluche que ganó
en King’s Island hace nueve
años y el juego de Pokémon
Diamante que le hizo perder
completamente su amor por el
juego y todo lo asociado a ello.
Ese capítulo de su vida se cerró
tristemente mientras que la mía
obtuvo algo para continuar.
Admitiré que los juegos para la
DS me decepcionaron también,
había algo en ellos que hizo
que la magia de los juegos se
desvaneciera un poco. Como
una persona que creció con los
originales, la cuarta generación
simplemente no era “mi”
Pokémon. Aun así, no iba a
darle la espalda a algo que me
acompañó durante mi niñez
simplemente porque el juego
me decepcionó un poco.
De hecho, quería Diamante.
Dialga era muchas veces mejor
que Palkia, y de verdad disfruté
el hecho de que finalmente iba
a capturarlo en lugar de
hackear para obtenerlo o
cambiarlo.
Antes de que continúe, debo
decirles que esto no involucra a
Dialga en lo absoluto.
Simplemente me gusta y
originalmente quería la versión
Diamante, pero me tuve que
quedar con Perla porque mi
hermano lo pidió primero.
Esto comienza con un pokémon
legendario, aunque tengo la
certeza de que si hubiese
usado cualquier otro el
resultado habría sido el mismo.
Comencé con su partida
guardada, sólo para ver todo lo
que tenía. La información decía
que tenía a todos los Pokémon
en su Dex, incluso los que aún
no salían a través de eventos
wireless, lo que me recordó que
él adoraba usar códigos Action
Replay para mejorar su
experiencia al jugar; fue
probablemente lo único que lo
hizo quedarse con el juego por
todo ese tiempo… pero incluso
usar cheats llega a aburrir con
el tiempo.
Luego de iniciar su juego, vi su
equipo: tenía seis Rayquazas
shiny de nivel 100. Como todos
los pokémon que tenía, los
capturó usando el tardado
código “encuentra a cualquier
pokémon”, donde tenías que
tirar Heart Scales para indicar
qué pokémon querías capturar
a nivel 100. Si bien los
Pokémon encontrados con este
código eran igual de débiles
que uno al que se le haya dado
un gran número de Rare
Candies, aún recuerdo cómo
perdía frecuentemente contra
estos.
Yo usé este código cuando
jugué Perla por primera vez, e
intercambié los pokémon a
través de internet para
incrementar mis posibilidades
de ganar la lotería del juego. Si
bien él no necesitaba ningún
pokémon para completar su
Pokédex, intercambiar siempre
era una experiencia divertida
sólo para ver de dónde venían.
Así que fui al Global Trading
Center de Jubilife City para ver
qué podían darme por uno de
los Rayquazas. Sabía que los
podía cambiar por cualquier
cosa, pero en secreto guardaba
rencor contra esos seis por
masacrarme tantas veces.
Ya en la red de intercambio,
ofrecí uno por un Bronzong que
elegí al azar de la primera lista.
Elegí que el nivel fuera 100,
para que el trato fuese más o
menos justo. Luego de eso,
apagué la consola por un rato.
Volví después de unas horas
para ver si alguien me aceptó
el intercambio. Me emocioné de
inmediato cuando comenzó la
secuencia de intercambio. Sé
que era un simple Bronzong,
pero aun así, me gustaba
mucho el proceso. Podrían
haberme mandado un Magikarp
y me habría excitado por eso.
Recibí un Bronzong shiny
llamado “Hell Bell”. Me
sorprendí de que me dieran un
shiny a cambio, nunca recibí un
shiny al intercambiar en Pearl…
pero el nombre me molestaba
un poco. Siendo una persona
ligeramente religiosa, no me
siento cómoda hablando de
algo relacionado con el Infierno
o algo por el estilo… incluso el
escribir esto me hace sentir
como si pudiese provocar un
evento similar de nuevo. Sólo
espero que esto funcione como
una experiencia de enseñanza
para ustedes y no como algo
más para mí.
Luego de salir, revisé sus stats;
todo estaba en 666, su viejo
entrenador era llamado
“Beelze” (algo que, de nuevo,
tocó una fibra sensible en mí) y
fue capturado en la Lost Tower,
pero estaba dentro de una
Cherish Ball.
Claramente era hackeado, pero
fue lo que obtuve por ofrecer
un hack.
Los stats y la información del
pokémon me asustaron un
poco, pero supuse que no me
daría problema. Igual, si no me
gustaba, siempre podía
ofrecerlo a cambio de algo
nuevo… era aquí donde
aceptaría a un Magikarp
gustoso. Pero cada vez que
intentaba ponerlo en el GTS, el
juego me notificaba que “ese
pokémon no podía ser ofrecido
para intercambio”.
Esto me pasó varias veces antes
cuando intentaba cambiar
legendarios hackeados. Aun así,
quería deshacerme de él, por lo
que la única otra opción era
liberarlo. Antes de ir a la PC,
revisé el ítem que tenía
adherido. El dueño le había
dado un correo, que siempre
eran divertidos; aunque las
elecciones de lo que puedes
decir son extremadamente
limitadas y las cartas siempre
son cursis.
Elegí a Hell Bell y revisé el
correo, y no parecía haber sido
elaborado de forma normal; de
hecho, parecía como si lo
hubiesen hecho letra por letra
como se hacía en Gold y Silver.
El mensaje sólo tenía tres
palabras:
“Llévame de regreso”.
No estaba segura de lo que
significaba. Ciertamente no
podía ofrecerlo para
intercambio, y aunque pudiera,
no había forma de asegurarme
de que Hell Bell regresaría con
Beelze, así que borré el
mensaje y fui a la PC para
liberarlo.
Elegí la opción de “depositar
pokémon” y seleccioné a Hell
Bell para liberarlo, pero cada
vez que el sprite se encogía, de
inmediato volvía con un
mensaje, diciendo algo así
como “¡Hell Bell no quiere
abandonarte!”.
De nuevo, esto me ocurrió antes
cuando estaba limpiando una
caja de la PC y decidí liberar un
Shinx que había capturado al
inicio del juego. Pensé que era
algo tierno y convertí al Shinx
(ahora un Luxray) en un
miembro permanente de mi
equipo… pero esto era
simplemente molesto.
Cuando revisé a Hell Bell de
nuevo, tenía otro correo, cosa
que no tenía sentido pues se lo
quité la primera vez. Lo abrí y
leí un mensaje, algo más largo:
“No puedo ir por mi cuenta.
Llévame de regreso”.
De nuevo, le quité el ítem y
traté de liberarlo, sin éxito.
Cuando quise depositarlo, el
juego me decía que removiera
el correo del pokémon
primero… Tras revisarlo de
nuevo, Hell Bell tenía otro
correo en su posesión.
“Lost Tower”.
Finalmente se estaba volviendo
más específico, algo que se me
hizo relajarme; al fin sabía a
dónde quería ir. Tal vez
abandonaría mi equipo si lo
llevaba ahí. Me atraía la idea
de saber por qué este pokémon
estaba haciendo que mi juego
actuase tan raro.
Definitivamente estaba
hackeado, y sé que un hack
decente no afecta el juego, pero
que uno malo puede hacerlo
colapsar.
Ansioso por deshacerme de él,
dejé el edificio del GTS. Estaba
muy impaciente como para
tomar a un pokémon volador
del PC, así que sólo le enseñé a
uno de los Rayquazas el
movimiento “Fly” y elegí usarlo.
Pero cuando elegí Solaceon
Town en el mapa, el juego me
informó que no podía volar ahí.
Sabía que mi hermano había
visitado la ciudad antes, y no
sabía por qué no podía ir, pero
no me tomé el tiempo para
pensar en ello y volé hacia
Hearthome.
De ahí viajé por la ruta 209
hasta Lost Tower y esperanzado
con poder deshacerme de este
extraño pokémon. De inmediato
me di cuenta de la falta de
gente en la ruta. De hecho, no
recuerdo contra quiénes podía
enfrentarme ahí, pero sé que al
menos había unos cuantos
NPCs… el área estaba
completamente sola.
Bueno, no completamente. Sí
había una persona moviéndose
de atrás hacia adelante: el
sprite de un anciano de cabello
blanco.
Intrigado, le hablé, y fue ahí
donde las cosas comenzaron a
ponerse algo raras para mí. No
decía algo que tuviese sentido,
simplemente repetía la misma
cosa una y otra vez por un
tiempo molestamente largo, así
como cuando hablas con cierto
ciclista en Ruby, Sapphire y
Emerald.
“SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA”
Esto no significaba nada para
mí, por lo que no me molesté
en hablarle de nuevo. Sólo
seguí moviéndome hacia la
torre.
Una vez dentro intenté subir
las escaleras, pero algo me lo
impedía. Pensé que todos los
pokémon hackeados al fin
habían logrado joder mi juego,
pero ése no fue el caso. Luego
de un momento de silencio, el
sonido de una gruesa campana
de bronce comenzó a
reproducirse lentamente (si
tienes curiosidad de como se
oye, inicia tu Heart Gold/Soul
Silver; ésa campana es el
sonido). Luego de cuatro
tañidos, la tumba en el centro
de la habitación se quebró y se
destrozó como si hubiesen
usado Rock Smash en ella. Bajo
la tumba estaba un agujero, y
ya que no podía ir por las
escaleras hacia arriba, caminé
hacia él y caí.
Al aterrizar me encontraba en
una plataforma similar a la que
está en la Sala del Origen,
donde encuentras a Arceus (no
hagan como si no supiesen de
qué hablo, todos hemos
hackeado ese evento), sólo que
era más oscura. Mientras que la
plataforma transparente era
blanca y brillaba en el caso de
Arceus, ésta era más de un
color rojo oscuro. Se veía
maligna, totalmente diferente a
la vibra “sagrada” que recibes
de la Sala del Origen. Viniendo
desde la plataforma había un
tramo de escaleras anchas que
parecían más bien hechas de
mármol negro en lugar de
blanco.
No podía volar, usar
excavadores y no traía Escape
Ropes, así que tomé las
escaleras y la campana (que
ahora asumo que era Hell Bell,
pues Bronzong es, en efecto,
algún tipo de campana)
continuaba sonando
lentamente.
Me sentía muy mal, pero
continúe subiendo las
escaleras. A medida que subía
se empezó a ver como con
niebla y más oscuro. Cuando
alcancé el fondo, me encontré
con un camino estrecho
rodeado por largas fosas de
lava a los lados, como la cueva
donde encuentras a Groudon
en la tercera generación.
El camino continuó en línea
recta por cuarenta pasos antes
de ir a la derecha por otros
cuarenta y finalmente ir hacia
arriba. El camino final era
largo; aún había lava
burbujeante a los lados, y con
cada paso que daba, la
campana comenzaba a sonar
más rápido.
Finalmente terminé el camino,
llegando a una plataforma
pequeña, y la campana dejó de
sonar. Me pregunté qué
sucedería ahí, pues no había
nada más que hacer, ninguna
forma de liberar a Hell Bell o
de salir. Recibí mi respuesta en
la forma de una voz sin cuerpo.
Una caja de diálogo apareció, y
decía:
“Oh, ¿me has regresado a Hell
Bell? De verdad lo aprecio”.
Entonces surgió frente a mí el
sprite de un Caballero, y el
sprite de Hell Bell salió,
parándose en el espacio entre
nosotros, viéndolo. El juego me
informó que le había dado a
Hell Bell.
Luego, algo salió en la pantalla
táctil, como la parte de la
Trainer Card en donde puedes
poner tu firma.
“¿Te importaría decirme tu
nombre para que pueda
agradecerte más
apropiadamente?”.
Ahora, eso me confundió…
bueno, todo lo que estaba
pasando me confundía, pero
eso de verdad me sacó de
onda. El juego debería saber el
nombre programado desde un
inicio para el personaje. De
hecho, no podría reconocer
escritura a mano. Pero escribí
el nombre del personaje de mi
hermano, que era “Dust”.
Acababa de hacer la d>/em>
cuando la voz me detuvo:
“No, no. Tu nombre real, por
favor. No puedo agradecerte
con un nombre falso, tú sabes”.
Mi corazón se detuvo por un
segundo y se hundió en mi
estómago antes de volver
violentamente a mi pecho.
¿Cómo demonios sabía el juego
que no estaba firmando mi
nombre real?
“Tu nombre real, por favor”.
De nuevo, comencé a escribir.
Nombre y apellido en el espacio
que me dieron. Cuando finalicé,
la pantalla desapareció y el
hombre habló de nuevo:
“Gracias señorita. Estará feliz
de saber que ahora me
pertenece”.
La campana sonó dos veces más
mientras mi sprite, en el
momento masculino, se volteó y
cambió a un sprite femenino…
de cabello castaño, vestido
totalmente de negro, justo
como estaba yo en ese
momento.
Hell Bell se movió hacia delante
poniéndose sobre mi sprite y
una caja de diálogo apareció:
“Hell Bell usó
APRISIONAMIENTO”.
Luego de eso… la batería de mi
DS murió. Estaba sumamente
confundida. Lo admito, al
principio simplemente me
parecía un evento
retorcido, causa de un secreto
del juego desbloqueado por un
pokémon, pero ahora…
No duermo, la comida parece
hacerse ceniza en mi boca, el
agua no apaga mi sed y la
gente y los animales actúan
como si la sombra de la muerte
pasara sobre ellos cuando estoy
cerca… Ya no soy yo. Le
pertenezco a ese hombre… y a
Hell Bell.
No sé qué pasó con ese
pokémon, pero si lo recibí,
seguramente alguien más lo
hará… Tengan cuidado al usar
el sistema de intercambio, por
favor. Y si reciben a Hell Bell,
no duden en resetear. Tu
pokémon de evento no cuesta
lo mismo que tu alma…
Luego de que la cuarta
generación de Pokémon lo
decepcionara muchísimo, mi
hermano me regaló todas sus
cosas de Pokémon, molesto.
Recibí cientos de cartas para
añadir a mi colección, el
Blastoise de peluche que ganó
en King’s Island hace nueve
años y el juego de Pokémon
Diamante que le hizo perder
completamente su amor por el
juego y todo lo asociado a ello.
Ese capítulo de su vida se cerró
tristemente mientras que la mía
obtuvo algo para continuar.
Admitiré que los juegos para la
DS me decepcionaron también,
había algo en ellos que hizo
que la magia de los juegos se
desvaneciera un poco. Como
una persona que creció con los
originales, la cuarta generación
simplemente no era “mi”
Pokémon. Aun así, no iba a
darle la espalda a algo que me
acompañó durante mi niñez
simplemente porque el juego
me decepcionó un poco.
De hecho, quería Diamante.
Dialga era muchas veces mejor
que Palkia, y de verdad disfruté
el hecho de que finalmente iba
a capturarlo en lugar de
hackear para obtenerlo o
cambiarlo.
Antes de que continúe, debo
decirles que esto no involucra a
Dialga en lo absoluto.
Simplemente me gusta y
originalmente quería la versión
Diamante, pero me tuve que
quedar con Perla porque mi
hermano lo pidió primero.
Esto comienza con un pokémon
legendario, aunque tengo la
certeza de que si hubiese
usado cualquier otro el
resultado habría sido el mismo.
Comencé con su partida
guardada, sólo para ver todo lo
que tenía. La información decía
que tenía a todos los Pokémon
en su Dex, incluso los que aún
no salían a través de eventos
wireless, lo que me recordó que
él adoraba usar códigos Action
Replay para mejorar su
experiencia al jugar; fue
probablemente lo único que lo
hizo quedarse con el juego por
todo ese tiempo… pero incluso
usar cheats llega a aburrir con
el tiempo.
Luego de iniciar su juego, vi su
equipo: tenía seis Rayquazas
shiny de nivel 100. Como todos
los pokémon que tenía, los
capturó usando el tardado
código “encuentra a cualquier
pokémon”, donde tenías que
tirar Heart Scales para indicar
qué pokémon querías capturar
a nivel 100. Si bien los
Pokémon encontrados con este
código eran igual de débiles
que uno al que se le haya dado
un gran número de Rare
Candies, aún recuerdo cómo
perdía frecuentemente contra
estos.
Yo usé este código cuando
jugué Perla por primera vez, e
intercambié los pokémon a
través de internet para
incrementar mis posibilidades
de ganar la lotería del juego. Si
bien él no necesitaba ningún
pokémon para completar su
Pokédex, intercambiar siempre
era una experiencia divertida
sólo para ver de dónde venían.
Así que fui al Global Trading
Center de Jubilife City para ver
qué podían darme por uno de
los Rayquazas. Sabía que los
podía cambiar por cualquier
cosa, pero en secreto guardaba
rencor contra esos seis por
masacrarme tantas veces.
Ya en la red de intercambio,
ofrecí uno por un Bronzong que
elegí al azar de la primera lista.
Elegí que el nivel fuera 100,
para que el trato fuese más o
menos justo. Luego de eso,
apagué la consola por un rato.
Volví después de unas horas
para ver si alguien me aceptó
el intercambio. Me emocioné de
inmediato cuando comenzó la
secuencia de intercambio. Sé
que era un simple Bronzong,
pero aun así, me gustaba
mucho el proceso. Podrían
haberme mandado un Magikarp
y me habría excitado por eso.
Recibí un Bronzong shiny
llamado “Hell Bell”. Me
sorprendí de que me dieran un
shiny a cambio, nunca recibí un
shiny al intercambiar en Pearl…
pero el nombre me molestaba
un poco. Siendo una persona
ligeramente religiosa, no me
siento cómoda hablando de
algo relacionado con el Infierno
o algo por el estilo… incluso el
escribir esto me hace sentir
como si pudiese provocar un
evento similar de nuevo. Sólo
espero que esto funcione como
una experiencia de enseñanza
para ustedes y no como algo
más para mí.
Luego de salir, revisé sus stats;
todo estaba en 666, su viejo
entrenador era llamado
“Beelze” (algo que, de nuevo,
tocó una fibra sensible en mí) y
fue capturado en la Lost Tower,
pero estaba dentro de una
Cherish Ball.
Claramente era hackeado, pero
fue lo que obtuve por ofrecer
un hack.
Los stats y la información del
pokémon me asustaron un
poco, pero supuse que no me
daría problema. Igual, si no me
gustaba, siempre podía
ofrecerlo a cambio de algo
nuevo… era aquí donde
aceptaría a un Magikarp
gustoso. Pero cada vez que
intentaba ponerlo en el GTS, el
juego me notificaba que “ese
pokémon no podía ser ofrecido
para intercambio”.
Esto me pasó varias veces antes
cuando intentaba cambiar
legendarios hackeados. Aun así,
quería deshacerme de él, por lo
que la única otra opción era
liberarlo. Antes de ir a la PC,
revisé el ítem que tenía
adherido. El dueño le había
dado un correo, que siempre
eran divertidos; aunque las
elecciones de lo que puedes
decir son extremadamente
limitadas y las cartas siempre
son cursis.
Elegí a Hell Bell y revisé el
correo, y no parecía haber sido
elaborado de forma normal; de
hecho, parecía como si lo
hubiesen hecho letra por letra
como se hacía en Gold y Silver.
El mensaje sólo tenía tres
palabras:
“Llévame de regreso”.
No estaba segura de lo que
significaba. Ciertamente no
podía ofrecerlo para
intercambio, y aunque pudiera,
no había forma de asegurarme
de que Hell Bell regresaría con
Beelze, así que borré el
mensaje y fui a la PC para
liberarlo.
Elegí la opción de “depositar
pokémon” y seleccioné a Hell
Bell para liberarlo, pero cada
vez que el sprite se encogía, de
inmediato volvía con un
mensaje, diciendo algo así
como “¡Hell Bell no quiere
abandonarte!”.
De nuevo, esto me ocurrió antes
cuando estaba limpiando una
caja de la PC y decidí liberar un
Shinx que había capturado al
inicio del juego. Pensé que era
algo tierno y convertí al Shinx
(ahora un Luxray) en un
miembro permanente de mi
equipo… pero esto era
simplemente molesto.
Cuando revisé a Hell Bell de
nuevo, tenía otro correo, cosa
que no tenía sentido pues se lo
quité la primera vez. Lo abrí y
leí un mensaje, algo más largo:
“No puedo ir por mi cuenta.
Llévame de regreso”.
De nuevo, le quité el ítem y
traté de liberarlo, sin éxito.
Cuando quise depositarlo, el
juego me decía que removiera
el correo del pokémon
primero… Tras revisarlo de
nuevo, Hell Bell tenía otro
correo en su posesión.
“Lost Tower”.
Finalmente se estaba volviendo
más específico, algo que se me
hizo relajarme; al fin sabía a
dónde quería ir. Tal vez
abandonaría mi equipo si lo
llevaba ahí. Me atraía la idea
de saber por qué este pokémon
estaba haciendo que mi juego
actuase tan raro.
Definitivamente estaba
hackeado, y sé que un hack
decente no afecta el juego, pero
que uno malo puede hacerlo
colapsar.
Ansioso por deshacerme de él,
dejé el edificio del GTS. Estaba
muy impaciente como para
tomar a un pokémon volador
del PC, así que sólo le enseñé a
uno de los Rayquazas el
movimiento “Fly” y elegí usarlo.
Pero cuando elegí Solaceon
Town en el mapa, el juego me
informó que no podía volar ahí.
Sabía que mi hermano había
visitado la ciudad antes, y no
sabía por qué no podía ir, pero
no me tomé el tiempo para
pensar en ello y volé hacia
Hearthome.
De ahí viajé por la ruta 209
hasta Lost Tower y esperanzado
con poder deshacerme de este
extraño pokémon. De inmediato
me di cuenta de la falta de
gente en la ruta. De hecho, no
recuerdo contra quiénes podía
enfrentarme ahí, pero sé que al
menos había unos cuantos
NPCs… el área estaba
completamente sola.
Bueno, no completamente. Sí
había una persona moviéndose
de atrás hacia adelante: el
sprite de un anciano de cabello
blanco.
Intrigado, le hablé, y fue ahí
donde las cosas comenzaron a
ponerse algo raras para mí. No
decía algo que tuviese sentido,
simplemente repetía la misma
cosa una y otra vez por un
tiempo molestamente largo, así
como cuando hablas con cierto
ciclista en Ruby, Sapphire y
Emerald.
“SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA SUENA LA CAMPANA
SUENA LA CAMPANA SUENA LA
CAMPANA”
Esto no significaba nada para
mí, por lo que no me molesté
en hablarle de nuevo. Sólo
seguí moviéndome hacia la
torre.
Una vez dentro intenté subir
las escaleras, pero algo me lo
impedía. Pensé que todos los
pokémon hackeados al fin
habían logrado joder mi juego,
pero ése no fue el caso. Luego
de un momento de silencio, el
sonido de una gruesa campana
de bronce comenzó a
reproducirse lentamente (si
tienes curiosidad de como se
oye, inicia tu Heart Gold/Soul
Silver; ésa campana es el
sonido). Luego de cuatro
tañidos, la tumba en el centro
de la habitación se quebró y se
destrozó como si hubiesen
usado Rock Smash en ella. Bajo
la tumba estaba un agujero, y
ya que no podía ir por las
escaleras hacia arriba, caminé
hacia él y caí.
Al aterrizar me encontraba en
una plataforma similar a la que
está en la Sala del Origen,
donde encuentras a Arceus (no
hagan como si no supiesen de
qué hablo, todos hemos
hackeado ese evento), sólo que
era más oscura. Mientras que la
plataforma transparente era
blanca y brillaba en el caso de
Arceus, ésta era más de un
color rojo oscuro. Se veía
maligna, totalmente diferente a
la vibra “sagrada” que recibes
de la Sala del Origen. Viniendo
desde la plataforma había un
tramo de escaleras anchas que
parecían más bien hechas de
mármol negro en lugar de
blanco.
No podía volar, usar
excavadores y no traía Escape
Ropes, así que tomé las
escaleras y la campana (que
ahora asumo que era Hell Bell,
pues Bronzong es, en efecto,
algún tipo de campana)
continuaba sonando
lentamente.
Me sentía muy mal, pero
continúe subiendo las
escaleras. A medida que subía
se empezó a ver como con
niebla y más oscuro. Cuando
alcancé el fondo, me encontré
con un camino estrecho
rodeado por largas fosas de
lava a los lados, como la cueva
donde encuentras a Groudon
en la tercera generación.
El camino continuó en línea
recta por cuarenta pasos antes
de ir a la derecha por otros
cuarenta y finalmente ir hacia
arriba. El camino final era
largo; aún había lava
burbujeante a los lados, y con
cada paso que daba, la
campana comenzaba a sonar
más rápido.
Finalmente terminé el camino,
llegando a una plataforma
pequeña, y la campana dejó de
sonar. Me pregunté qué
sucedería ahí, pues no había
nada más que hacer, ninguna
forma de liberar a Hell Bell o
de salir. Recibí mi respuesta en
la forma de una voz sin cuerpo.
Una caja de diálogo apareció, y
decía:
“Oh, ¿me has regresado a Hell
Bell? De verdad lo aprecio”.
Entonces surgió frente a mí el
sprite de un Caballero, y el
sprite de Hell Bell salió,
parándose en el espacio entre
nosotros, viéndolo. El juego me
informó que le había dado a
Hell Bell.
Luego, algo salió en la pantalla
táctil, como la parte de la
Trainer Card en donde puedes
poner tu firma.
“¿Te importaría decirme tu
nombre para que pueda
agradecerte más
apropiadamente?”.
Ahora, eso me confundió…
bueno, todo lo que estaba
pasando me confundía, pero
eso de verdad me sacó de
onda. El juego debería saber el
nombre programado desde un
inicio para el personaje. De
hecho, no podría reconocer
escritura a mano. Pero escribí
el nombre del personaje de mi
hermano, que era “Dust”.
Acababa de hacer la d>/em>
cuando la voz me detuvo:
“No, no. Tu nombre real, por
favor. No puedo agradecerte
con un nombre falso, tú sabes”.
Mi corazón se detuvo por un
segundo y se hundió en mi
estómago antes de volver
violentamente a mi pecho.
¿Cómo demonios sabía el juego
que no estaba firmando mi
nombre real?
“Tu nombre real, por favor”.
De nuevo, comencé a escribir.
Nombre y apellido en el espacio
que me dieron. Cuando finalicé,
la pantalla desapareció y el
hombre habló de nuevo:
“Gracias señorita. Estará feliz
de saber que ahora me
pertenece”.
La campana sonó dos veces más
mientras mi sprite, en el
momento masculino, se volteó y
cambió a un sprite femenino…
de cabello castaño, vestido
totalmente de negro, justo
como estaba yo en ese
momento.
Hell Bell se movió hacia delante
poniéndose sobre mi sprite y
una caja de diálogo apareció:
“Hell Bell usó
APRISIONAMIENTO”.
Luego de eso… la batería de mi
DS murió. Estaba sumamente
confundida. Lo admito, al
principio simplemente me
parecía un evento
retorcido, causa de un secreto
del juego desbloqueado por un
pokémon, pero ahora…
No duermo, la comida parece
hacerse ceniza en mi boca, el
agua no apaga mi sed y la
gente y los animales actúan
como si la sombra de la muerte
pasara sobre ellos cuando estoy
cerca… Ya no soy yo. Le
pertenezco a ese hombre… y a
Hell Bell.
No sé qué pasó con ese
pokémon, pero si lo recibí,
seguramente alguien más lo
hará… Tengan cuidado al usar
el sistema de intercambio, por
favor. Y si reciben a Hell Bell,
no duden en resetear. Tu
pokémon de evento no cuesta
lo mismo que tu alma…
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